Hoy me gustaría hablaros de Martin Seligman y el optimismo aprendido.
Martin Seligman, conocido como el padre de la Psicología Positiva, estudió durante años la indefensión aprendida (Ver vídeo – este vídeo tiene imágenes que pueden herir tu sensibilidad) y comprendió qué lleva a las personas a no defenderse de situaciones adversas. Encontró que la solución era fortalecer la autoconfianza y aprender a ser optimistas.
Así fue como, después de tantos años dedicándose a tratar la enfermedad e intentar que las personas fuesen menos infelices decidió, junto con su equipo, diseñar herramientas y trabajar con las personas para ayudarlas a ser más felices. Seligman hace hincapié en el desarrollo de las fortalezas humanas, es decir, en aquellos aspectos que nos permiten aprender, disfrutar, ser alegres, generosos, serenos, solidarios y optimistas.
Seligman argumenta que la auténtica felicidad no sólo es posible, sino que -lejos de depender de la suerte y de los genes- puede cultivarse identificando y utilizando muchas de las fortalezas y rasgos que ya se poseen. Cuando aplicamos estas “fortalezas personales” en los ámbitos más importantes de la vida, las personas no sólo desarrollamos protecciones naturales contra el infortunio, la depresión y las emociones que nos generan malestar, sino que situamos nuestras vidas en un plano nuevo y más positivo.
Si identificamos lo mejor de nosotros mismos y desarrollamos esos aspectos, podemos mejorar notablemente nuestra vida y la de las personas que comparten nuestro entorno (laboral, familiar, ….).